Dialogo

Hola, como estas? Sabia que tarde o temprano volverías,
¡Ah! y al parecer no has venido sola, no!, sabia que debías llegar acompañada por tu leal y siempre fiel compañera.
Ustedes dos, cada una aguantandose a la otra, cada una tratando d tolerar los arranques de su compañera. Pero al fin de cuentas ambas soportandome en mis momentos de desesperación o de tranquilidad, de tristeza o de alegría.

Si aquí están nuevamente en mi vida, me he acostumbrado tanto a su compañía que no se si ya las extrañaba, siempre estando conmigo en esos momentos en los que deseo dejar de ser esto que hoy soy, para convertirme en quien sabe que cosa.

Hoy solamente me puedo imaginar quien o más bien quienes las han invitado para que hagan parte nuevamente en mi vida, me imagino quienes son esos grandes anfitriones. No podían ser otros que mis fieles acompañantes. Ellos que no se separan ni un instante de mi vida. Sí, esos dos sentimientos que han enlutado el trasegar de esta excursión hacia la muerta aquellos a quienes yo siempre les llamo: La pareja ideal.
Por un lado el, algunas veces maldito y otras veces bienaventurado y por otro lado ella, siempre con figura esbelta y flamante, algunas veces tan dócil y otras veces intenso, pero siempre rondando mi vida y resguardandome bajo sus helechos.
Ese incesante miedo. Sí, miedo al pasado, a llegar, a desconfiar por ese pasado, a lo que el puede arrastrar, puesto lo que somos hoy en día es el producto de lo que fuimos, ó lo que hicimos y lo que hoy somos es la causa de lo que seremos mañana (claro esta, si hablamos de la relación causa y efecto) y además(y como siempre) miedo a lo desconocido. Y allí estas tú, también *** las banderas de mi vida, siempre tan esbelta. Si eres tu mi inseguridad...y te preguntaras esta por qué? pues las de siempre, inseguro de sí mismo, de lo que tengo y de lo que no.